lunes, 10 de mayo de 2010
VINAGRETAS
Cuando atravesaba el Barrio Obrero camino de mi colegio, me paraba con frecuencia para recoger y comer las vinagretas.
Me encantaba su sabor que extraía al chupar y requetechupar su tallo.
A mi hijo Daniel y a Jose, mi marido, les encanta el vinagre y nunca en casa puede faltar uno de buena marca ( José Carlos se decanta últimante por el de Módena. ¡Qué fino¡).
Rocki pasó hace unos días al lado de unas vinagretas y no le llamó la atención.
Él se lo pierde.
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