jueves, 20 de mayo de 2010
HUELVA
Hoy hemos andado tanto que el colesterol debe tener unos niveles estupendos.
A las 9 de la mañana estábamos comiendo "calentitos" en nuestra plaza (mercado) de siempre.
Ir al barrio siempre me emociona ( ¡qué poco voy; sólo en Semana Santa y algunas veces cuando sale Huelva para El Rocío¡).
Desde los tamborileros, caballistas, carros tradicionales, jardineras, charrets, manolas, hasta los tractores ( en el número 67 iba mi sobrina Sara, muy guapa, contenta y cantarina), todos acompañaban al Simpecado, adornado por el mismo florista que engalana a nuestra Virgen del Valle el Martes Santo.
El calor era impresionante pero la ilusión de los romeros lo aguanta todo.
Me resulta incomprensible cómo Rocki aguanta el sol, sin pamela ni paraguas, accesorios imprescindibles hoy en todos los que hacen el camino.
Si viérais cómo se tumba en el balcón, panza arriba, para minutos después, buscar el contraste con el mármol...
Ese fresquito es el que van a echar de menos los que parten hoy para la aldea.
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