jueves, 14 de octubre de 2010
MEÓN
En casa de Yolanda Rocki demostró que el apelativo empleado en este post le viene como anillo al dedo.
En mi casa ya se contiene a excepción del recibimiento a las visitas que son regadas sin miramiento.
Hoy le ha tocado a mi cuñada Maricarmen. Ha venido a ver a los niños y la ha recibido con su líquido elemento.
¿Qué hacer para que no sorprenda a nadie?.
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